Su irrupción en la escena cinematográfica vino de la mano de 300. Mientras todos seguían el ardor guerrero del Leónidas de Gerald Butler y sus ya muy gastadas y hasta seleccionadas consignas, una parte del patio de butacas decidía abandonar toda lucha y rendirse a los encantos de su Stelios.
El atractivo de este germano-irlandés es intachable, pero sus dotes interpretativas no se quedan atrás. Buscad su interpretación en Hunger -un éxito de crítica-, embelesaos con su aura de Hollywood clásico en Malditos bastardos; descubrid sus trabajos en Angel, de François Ozon; la kenloachiana Fish Tank, o su nueva incursión en terrenos bélicos, Centurión. http://www.youtube.com/embed/HuUssEDmCdw
Una sonrisa amplia a lo Ewan McGregor –con el que enseñará dientes en lo último de Steven Soderberg, Haywire-, pero con cierto aire sibilino estilo Ralph Fiennes, rasgos y mirada cercanos a los de Viggo Mortensen -¿habrá sido esa fijación de David Cronenberg por él la que le ha dado a Fassbender el otro papel en el esperado dúo psicoanalítico Freud-Jung?-, y un camaleonismo próximo al que se gastaba Daniel Day-Lewis, con el que se le compara habitualmente.
Soderberg y Cronenberg no serán los únicos que le empujarán cuesta arriba. Lo primero que llegará a las pantallas será una nueva adaptación de Jane Eyre, una buena manera ganarse una buena legión de jovencitas enamoradizas. Además, la difusión del trailer de la precuela de X-Men ya nos ha desvelado algunas pinceladas de su Magneto, con todo el fanatismo que le puede acarrear. Pero también repite en Shame con el director Steve McQueen -con el que hizo Hunger-, participa en At Swim-Two-Birds, el debut en la dirección del gran Brendan Gleason; protagonizará el acercamiento a Excalibur de Guy Ritchie, y Ridley Scott cuenta con él para su proyecto Prometheus, su precuela de Alien.
El cine de autor parece condenado a perderlo definitivamente en favor del taquillazo, a poder ser, de época. Pero confiemos que su olfato para los buenos proyectos no quede demasiado anulado por el dulce olor del dinero. No lo perdáis de vista.
Brutal, junto con Christopher Waltz, uno de los grandes descubrimientos de Malditos Bastardos. La escena de la taberna es interpretación en estado puro.
Pedazo de escena. Soy su fan número uno y ardo en deseos de verle a las órdenes de Cronenberg. Un abrazo!