De tantas maneras se ha intentado explicar la crisis económica a los profanos en la materia, que muchos quizá se pregunten qué les puede aportar Inside Job, vendida como la película definitiva sobre el tema. La respuesta es muy clara: un conjunto detallado de razones para indignarse al estilo Hessel y de paso seguir el ejemplo de la sociedad islandesa, cuyo problema inicia este documental: levantarse contra aquellos que pretenden gobernarles sin transparencia por todo aquello de: “no lo entenderíais”.
Si bien se hecha en falta algún descanso para asimilar el asunto, si que es cierto que su sensibilidad social relaja la complejidad por unos instantes: sus alusiones a la tremenda situación de muchas familias ante la falta de trabajo, que recuerda a la de las hoovervilles de la Gran Depresión. También ayudará la maravillosa capacidad de la propuesta para hacernos sentir inteligentes, una sensación que siempre impulsará a llevar el debate más allá de la sala de cine y a tener muy claro que cuando hay dinero de por medio, la confianza deja de existir en el diccionario. ¡Indignémonos!