Al igual que un buen relato, una canción que vale la pena mantiene el interés del oyente hasta el final, tiene coherencia y también momentos contundentes: ese solo magnifico, esa parte que de repente cambia el sentido de la canción, esa honestidad intachable.
Hay una sencilla duda que asalta con el visionado de la cinta: ¿Por qué recuperar ahora su historia? Muchos dirán: “Es que se conoce poco de su pequeño drama familiar y cómo el dolor le curtió para luego crear cosas tan importantes”. Sería la mejor explicación, visto lo visto, pero no es la que se desprende de este trabajo de Sam Taylor-Wood, directora preocupada en aferrarse a un dramatismo mal calibrado, en enumerar datos de la biografía de Lennon, para finalmente descuidar el sentido del conjunto.
vaya, una peli muy pequeña para un personaje tan grande, no? no quiero ni verla!!
Me ha dejado fría, pero en general parece que ha tenido buena acogida… Así que, de ti depende. Un saludo!